jueves, 31 de marzo de 2016

LOS TRASTORNOS AUDITIVOS Y EL APRENDIZAJE

Un niño con incapacidad auditiva tiene dificultad para seguir las conversaciones de los demás.


la información que recibe es reducida y además están las presiones ejercidas por quienes le rodean y que le exigen corrección en su expresión;  El niño con deterioro auditivo puede tener un mayor acceso a la información ambiental con el uso del aparato de sordera, que es un dispositivo que se encarga de amplificar los sonidos del exterior. Otro sistema muy difundido es el alfabeto manual, que contiene señales expresadas por los dedos para cada letra del  alfabeto y los números del 1 al 10.

¿Como ayudarlo?
  • Estableciendo relaciones menos rígidas, donde pueda argumentar y en las que se vea obligado a tener en cuenta los puntos de vista de los demás, aunque su expresión lingüística no sea correcta. Esto seguramente desarrollará su capacidad para comprender distintas perspectivas con mayor rapidez.
  • Es muy recomendable que tanto maestros como padres conozcan las limitaciones de la sordera y la manera más efectiva de comunicarse con el niño.
  • Debe existir una interrelación constante entre la educación auditiva, la lectura labial y la emisión oral del niño. Es importante en cada caso y en cada momento establecer un vínculo entre las necesidades comunicativas del niño y la motivación de la utilización del lenguaje oral apoyado con gestos para su mayor enriquecimiento.

Existen tres tipos generales de exámenes de oído:
  1. Audiometría tonal: Evalúa la sensibilidad auditiva (sonoridad) del niño a diferentes frecuencias.
  2. Audiometría de la voz: Averigua hasta que nivel el niño es capaz de comprender lo que se dice (umbral de recepción del habla).
  3.  Pruebas especiales: Se aplican en niños muy pequeños. Las técnicas comúnmente utilizadas son la audiometría de juego, la audiometría refleja y la audiometría de respuesta provocada

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